El Rito Dionisíaco
Éxtasis, liberación del alma de las ataduras del cuerpo y comunicación con lo Divino.
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Desde que el hombre adquirió la capacidad de concebir la existencia de un universo no tangible a su alrededor, la experiencia mística se convirtió en el aspecto nuclear de la mayoría de las vivencias de carácter religioso.
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En sí misma, una experiencia de naturaleza mística no es más que un estado alternativo de conciencia o, si se prefiere, una fase de psiquismo extra-Ordinario.
Este estado inusual de psiquismo tiene una gradación, siendo su punto máximo el trance extático.
En psicología, el Trance Extático es una salida del ego de sus límites ordinarios en virtud de nuestros impulsos afectivos innatos y más profundos. Es un estado extraordinario de conciencia despierta, determinado por los sentimientos y caracterizado por el éxtasis interior y la ruptura parcial o total con el mundo exógeno, orientando la conciencia despierta —entendida como “capacidad de conocer”— hacia las dimensiones subjetivas del mundo mental.
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A lo largo de todas las épocas y en las más diversas culturas, los trances místicos de éxtasis han sido inducidos mediante procedimientos que pretenden aislar al individuo de la realidad material, alterando el estado de conciencia con prácticas como la privación del sueño y de los sentidos, el ejercicio físico excesivo, la meditación y la Ingestión de sustancias tóxicas que funcionan como psicoactivos.
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Esto de alguna manera contribuyó a la formación del concepto de Rituales tal como los conocemos hoy.
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Los misterios dionisíacos eran un ritual de la antigua Grecia que utilizaba sustancias embriagantes y otras técnicas que inducen al trance, como la danza y la música, para eliminar las inhibiciones y las restricciones sociales artificiales, liberando al individuo para que regresara a un estado más natural y primitivo. También proporcionó un grado de liberación para los marginados de la sociedad griega como mujeres, esclavos, extranjeros y forajidos.
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Gran parte de los detalles de estos Rituales siguen siendo desconocidos, pero por lo que hemos encontrado en textos y otras fuentes arqueológicas, sabemos que la gente de esa época y lugar creía que quien los introdujo a la humanidad fue Dionisio, el dios del vino, la fertilidad, locura, mito y más tarde considerado mecenas de las artes.
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Dionisio significó la ruptura de todas las barreras entre los dioses y los hombres; borracho y loco, él mismo favorecía la disolución de los fieles, la conversión a un estado mas salvaje y los conducía a la anarquía. Amaba los gritos desordenados, el delirio, la exaltación paroxística, la máscara y el disfraz, y también desobedecía todas las leyes, costumbres y jerarquías sociales.
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El mas conocido de los Rituales Dionisíacos consistía en una reunión fuera de la ciudad en el bosque, donde los asistentes recreaban el trágico destino que había marcado la vida del Dios.
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La reunión se iniciaba normalmente con el consumo de grandes cantidades de vino, seguida de un baile en círculos al ritmo desenfrenado del ditirambo, una estructura musical repetitiva e hipnótica, tocada con flautas y panderetas que solía acompañarse del canto ( evoè evoè) en forma de mantra. Esta danza continuaría hasta que los participantes alcanzaran colectivamente el estado de trance deseado y entraran en un estado de posesión psíquica que los antiguos llamaban "Entusiasmo", que según la interpretación etimológica de la palabra significa "la esencia de Dios que vive dentro de ti". .
Once this state of “Enthusiasm” was reached, the participants of the ritual would start an orgy that would later end in the naked hunting of an animal to then sacrifice it and eat it raw, symbolism of the death of Dionysus with the Titans.
Todo el ritual es una representación de la vida y la muerte y cómo, de alguna manera, al alcanzar el sentimiento de la muerte en vida, podemos vislumbrar la eternidad. Una perspectiva que muchos filósofos antiguos como Platón, el abuelo del pensamiento occidental, denominaron el secreto de la vida.
Debido a la naturaleza anárquica del ritual fue perseguido por muchos de los ciudadanos, pero sobrevivió en algunos ámbitos de la sociedad griega, hasta que fue exportado a Roma donde cambiarán el nombre del ritual y también el Dios a quien se lo dirigía.
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A lo largo de los años estas prácticas han ido cambiando y evolucionando dando origen a otro tipo de rituales que de una forma u otra aún forman parte de nuestras reuniones y acontecimientos colectivos, nuevas formas de alcanzar el estado de “Entusiasmo” descrito en los antiguos misterios.
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Algunos creen que nuestras fiestas y festivales comparten algunas de estas características y objetivos en un nivel diferente pero está abierto a interpretación.
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